Chanel takes us to the edge of the legendary West Lake in Hangzhou to unveil its Métiers d’art 2024/25 collection—a vibrant homage to the landscapes and objects that inspired Gabrielle Chanel. This showcase is more than a fashion presentation; it’s a visual narrative where each piece reflects the dialogue between tradition and modernity, Paris and China, art and craftsmanship.  

The setting, a place steeped in history and technological innovation, resonates with the antique Coromandel screens that Mademoiselle Chanel adored. These lacquered panels, depicting scenes of daily life and pastoral landscapes, not only decorated her apartment at Rue Cambon but also became a lasting source of inspiration. In this collection, they come alive through intricate embroidery, jade and pink hues, and details that seem to whisper tales of bygone eras.  

The silhouettes explore contrasts: long, enveloping coats in tweed and velvet meet cropped jackets adorned with braided trims and phosphorescent accents. Culottes and wrap skirts alternate with masculine-inspired tailoring and delicate dresses featuring pleats and flounces that play with light. Every element evokes a sense of motion, like ripples across the lake’s surface.  

Accessories amplify the collection’s wanderlust spirit: trunk bags, hats, and thigh-high boots crafted in black patent leather, some embroidered with motifs inspired by ancient Chinese porcelain. Cloud-shaped necklaces and pillow bags add a dreamy, almost surreal touch.  

The event, orchestrated by filmmaker Wim Wenders and featuring Tilda Swinton, Leah Dou, and Xin Zhilei, lends a cinematic dimension that reinforces the collection’s narrative character. Here, fashion becomes a bridge between worlds: the tangible luxury of the Maisons d’art and the intangible promise of dreams.  

With this offering, Chanel delivers more than a vision of fashion—it presents a journey through textures, colors, and emotions, inviting us to explore beyond the visible. A tribute, at its core, to the beauty of creation in all its forms.  

La maison Chanel nos transporta al borde del legendario West Lake en Hangzhou para presentar su colección Métiers d’art 2024/25, un homenaje vibrante a los paisajes y los objetos que inspiraron a Gabrielle Chanel. Este desfile no es solo una muestra de moda, sino una narrativa visual donde cada pieza evoca el diálogo entre la tradición y la modernidad, París y China, arte y artesanía.

El telón de fondo, un lugar lleno de historia y tecnología, parece resonar con los antiguos biombos de Coromandel que Mademoiselle Chanel adoraba. Aquellos paneles lacados, con escenas de vida cotidiana y paisajes bucólicos, no solo decoraron su apartamento en la Rue Cambon, sino que se convirtieron en una fuente constante de inspiración. En esta colección, cobran vida a través de bordados meticulosos, colores jade y rosa, y detalles que parecen susurrar historias de tiempos pasados.

Las siluetas exploran contrastes: desde abrigos largos y envolventes en tweed o terciopelo, hasta chaquetas cortas adornadas con detalles como trenzados y galones fosforescentes. Los pantalones culotte y las faldas envolventes se alternan con trajes de inspiración masculina y delicados vestidos con pliegues y volantes que juegan con la luz. Todo parece pensado para evocar una sensación de movimiento, como las ondas en la superficie del lago.

Los accesorios amplifican este espíritu viajero: bolsos tipo baúl, sombreros y botas altas confeccionadas en charol negro, algunas con bordados que recuerdan las flores y frutas de porcelanas antiguas. Los collares en forma de nube y los bolsos almohada aportan un toque onírico, casi surrealista.

El evento, orquestado por el cineasta Wim Wenders y protagonizado por figuras como Tilda Swinton, Leah Dou y Xin Zhilei, añade una dimensión cinematográfica que refuerza el carácter narrativo de la colección. Así, la moda se convierte en un puente entre mundos: entre el lujo palpable de las Maisons d’art y la promesa intangible de los sueños.

Con esta entrega, Chanel no solo propone una visión de la moda, sino un viaje a través de texturas, colores y emociones que nos invitan a explorar lo que hay más allá de lo evidente. Un tributo, en esencia, a la belleza de la creación en todas sus formas.