Under the heavy industrial arches of Cimiento in Poblenou, Barcelona, the air pulsed with murky energy as El Pelele took the stage for a performance, that would challenge reality and its presumed boundaries. Produced by the visionary Enterranza Collective, this was more than just an artistic event—it was a sensory ritual, merging body, sound, and space in a hypnotic display that left the audience questioning the limits of perception.

El Pelele, a ghostly and enigmatic avatar from Deán Funes, Córdoba, Argentina, is no ordinary artist. He blends the aesthetics of cabaret with the sweetness of dolls and puppets, all under a drag vision. This complex character, a living mask, is made up of multiple meanings woven together like the colorful fabrics that shape his identity. His performances are portals to other dimensions, merging the online and offline worlds into a surreal and singular narrative.

The performance was a display where El Pelele explored his physical and philosophical impulses, using sound, poetry, and lighting effects to build an atmosphere that felt almost possessed. Each gesture and movement seemed to channel energies from beyond, creating a powerful, otherworldly presence.

The artist embodied the ethos of Enterranza, a collective focused on the fusion of tradition and improvisation, crafting spaces for communal reflection and artistic exploration. Their multidisciplinary approach, always in dialogue with music and the performing arts, transformed the evening into an immersive, captivating ritual.

The night blurred the lines between performance and reality, art and ritual—leaving everyone with the eerie feeling that something had shifted, both in the space and within themselves.

El Pelele embruja Poblenou

Bajo los arcos, pesados e industriales de Cimiento en Poblenou, Barcelona, el aire vibraba con energía inquieta mientras El Pelele comenzaba su performance, que desafiaría a la realidad y sus supuestos límites. Producido por el visionario Enterranza Collective, esto fue más que un show artístico: fue un ritual sensorial, fusionando cuerpo, sonido y espacio en una muestra hipnótica que dejó a la audiencia cuestionando las fronteras de la percepción.

El Pelele, una entidad fantasmal y enigmático avatar originario de Deán Funes, Córdoba, Argentina, no es un artista mas. Mezcla la estética del cabaret con la dulzura de muñecas y marionetas, todo bajo una visión drag. Este personaje complejo, una máscara viva, está compuesto por múltiples significados que se entrelazan como las telas de colores que forman su identidad. Sus performances son portales a otras dimensiones, conectando los mundos online y offline en una narrativa surrealista y diferente. 

La performance fue un despliegue donde El Pelele exploró sus impulsos físicos y filosóficos, utilizando sonidos, poesía y juegos de luces para construir un ambiente que parecía estar casi poseído. Cada gesto y movimiento canalizaba energías de otro plano, generando una atmósfera poderosa, fuera del mundo ordinario.

El artista encarnó el ethos de Enterranza, un colectivo enfocado en la fusión de tradición e improvisación, creando espacios de reflexión y exploración artística colectiva. Su enfoque multidisciplinario, siempre en diálogo con la música y las artes escénicas, convirtió la noche en un ritual inmersivo y cautivador.

La noche desdibujó las líneas entre la performance y la realidad, el arte y el ritual—dejando a todos con la inquietante sensación de que algo había cambiado, tanto en el espacio como dentro de ellos mismos.

Photos: @chechupajares @juliet.arce

@elpelele.elpelele