En un momento en que la música urbana redefine su propio mapa, Faenna emerge como una voz que no busca encajar en ninguna corriente: la crea. Su presencia, cruda y magnética, se sostiene en una forma de escribir que parece sacada directamente de la vida real, sin correcciones, sin artificios. Es una artista que respira presente, que interpreta su generación con la naturalidad de quien no pretende representar a nadie y aun así termina representando a muchos. 2025 la encuentra en plena expansión creativa, explorando nuevos lenguajes sin perder esa sensibilidad que la volvió reconocible desde sus primeros lanzamientos. Entre escenarios que crecen,una estética cada vez más definida y un universo musical propio, Faenna se mueve con una honestidad que desarma: observa, absorbe y transforma todo en canción.

En esta conversación con REGIA, la artista comparte el momento que está viviendo, sus búsquedas, sus contradicciones y sus proyecciones para lo que viene. Un retrato íntimo de una figura que ya no promete: confirma.

La escena urbana está cambiando mucho en muy poco tiempo. ¿Qué es lo que más te entusiasma de la música que se está haciendo hoy?

Es natural que la música se transforme. Me encanta ver como todo tiene cabida a día de hoy, han surgido muchos estilos y maneras diferentes de hacerlo y la gran mayoría aportan cosas nuevas a la escena.También me flipa que haya tantas chicas rapeando, antes también las había pero ahora suenan de verdad. 

Cada artista tiene un “momento bisagra” donde algo hace clic. ¿Cuál fue el último momento que te hizo replantear tu camino?

En el primer concierto que di en Madrid, fuera de casa, cuando vi a la gente cantar mis temas, la sala estaba llena y me emocioné. Creo que desde ese momento mi forma de percibir la música cambió. Pensé: wow, esto puede ser una salida. Antes de eso yo no tenía ambiciones. La música me ha sacado del agujero. Siento que ahora tengo algo que hacer, aunque aún lidie con algunos miedos y problemas, tengo claro que es lo que quiero.

 En tus proyectos hay una estética muy cuidada. ¿Qué lugar ocupa lo visual en tu identidad musical?

Cada vez cuesta más escuchar música con los ojos cerrados. Para bien o para mal a día de hoy la parte visual es casi tan importante como la musical, por mi parte me gusta mostrar una identidad visual bastante natural, creo que mi tierra Andalucía y sus gentes tienen una identidad propia de la que me siento muy orgullosa y cercana. Aunque siento que mi estética aún está por definir y me gustaría seguir experimentando con eso, sin tener en cuenta las modas o normas que impone la industria.

Tus seguidores crecieron rápido y en distintos países. ¿Qué aprendiste de tener una audiencia tan diversa?

Estos dos últimos años me he movido bastante. He conocido a gente increíble y he aprendido muchísimo. La verdad que la primera vez que salí de mi ciudad por la música ya me impacto bastante, pero el hecho de cruzar a latinoamérica para dar conciertos si que fue un shock, me di cuenta de que contando mi realidad y la de mi entorno en mis canciones, alguien de la otra parte del mundo puede empatizar con mi música haciéndola suya.

El proceso creativo puede ser muy distinto según la etapa. ¿Cómo estás componiendo últimamente? ¿Más intuición, más método?

No tengo un método específico. Tengo varias formas de crear. Me gusta componer en mi casa tranquila sin que nadie me mire, pero también me gusta estar en el estudio; ahí se genera una “presión” que me ayuda a ser creativamente efectiva. Para el disco con el que estoy ahora generalmente hemos estado haciendo sesiones con distintos productores y hemos trabajado los temas partiendo de alguna referencia o idea previa. Últimamente prefiero escribir, sacar melodías y organizar pensamientos en el estudio y grabarlo el mismo día. Luego lo escuchamos esa semana y pensamos que le puede faltar al tema para terminar de perfeccionarlo más adelante. Está guapísimo currar en equipo. Estoy disfrutando el proceso y eso creo que es imprescindible.

Hoy la música convive con redes, videos y presencia digital. ¿Cómo gestionás la exposición sin perder tu centro?

Eso es algo que no llevo del todo bien. Es la parte que menos me gusta de hacer música. Me cuesta llevar las redes y estar pendiente a esas cosas. Pero todos sabemos que es muy difícil salirse de eso hoy en día, y más siendo artista. Yo intento centrarme en la parte creativa de mi música,  lo que me nace hacer y no pensar en la repercusión. A mí lo que me mantiene cuerda es mi gente, mi familia, mi barrio. Hacen que tenga los pies en la tierra, que no me olvide de por qué hago lo que hago. Me apoyan siempre y me recuerdan quien soy.

Muchos artistas están explorando colaboraciones inesperadas. ¿Con qué tipo de artista o estilo te gustaría experimentar en el futuro?

Me encanta prácticamente todo tipo de música y tengo la mente abierta. Me encantaría juntarme con alguien del reggaeton, por ejemplo. Yo amo el flamenco y también me gustaría seguir fusionando sonidos o ritmos del flamenco con el rap, siempre desde el respeto que le tengo, claro.

Si pensás en 2026 como un año clave, ¿qué te gustaría que represente para vos cuando lo mires en retrospectiva?

\Aprendizaje y disfrute. Espero sacar mi primer álbum en solitario, hacer la gira que tenemos por distintos países y seguir creciendo.


Faenna sella esta etapa con “Morí con mi propio veneno”, su nuevo lanzamiento ya disponible en Spotify. Un tema que condensa su sensibilidad actual, su manera de narrar sin filtros y esa mezcla de crudeza y vulnerabilidad que la vienen definiendo. Un cierre que, más que clausurar un capítulo, abre el que promete ser su año más expansivo.