El jueves por la noche, el estudio de Rob Ortiz se convirtió en uno de los epicentros más magnéticos de La Noche del Diseño en Distrito Arenales. Fue más que una muestra; fue una experiencia sensorial inmersiva donde la materia, la energía y la intuición encontraron un territorio común.

Con La Deconstrucción, Ortiz propuso un laboratorio poético: un espacio vivo en el que las formas se desarmaron para revelar su esencia. Materiales crudos, superficies intervenidas, sombras que respiraban y un pulso contemporáneo que se expandía en el aire. Nada estaba quieto. Todo parecía moverse, vibrar, transformarse.

La presencia de la artista chilena Pilar Gleboff (Hi Calma Studio) sumó una capa de contemplación ritual. Su mirada orgánica y meditativa introdujo un ritmo más lento, casi espiritual, que dialogó con la crudeza urbana del estudio. Juntas, las obras construyeron un paisaje emocional donde lo urbano y lo natural, lo táctil y lo invisible, se encontraron sin esfuerzo.

La atmósfera se completó con fragancias cálidas que emanaban de las velas artesanales de SOTI, piezas de diseño de Oromanta y Moi que funcionaron como esculturas habitables dentro del espacio, vinos de Equilibrio Perfecto que acompañaron la noche con elegancia y calma, y arreglos florales de PROTEA que aportaron textura, color y un gesto botánico lleno de vida.

Detrás de ese equilibrio entre intimidad, cuidado estético y pulsión creativa estuvo la producción y convocatoria de Daniela Laporta, quien logró articular un encuentro auténtico, sofisticado y profundamente conectado con la esencia experimental que distingue al Distrito Arenales.

En tiempos donde el diseño se mira —a veces desde lejos, a veces desde la superficie— La Deconstrucción invitó a sentirlo. A atravesarlo. A estar dentro de él. Fue una noche donde el espacio dejó de ser contenedor y se volvió experiencia pura.

Distrito Arenales reafirmó su lugar como ecosistema creativo y Rob Ortiz dejó claro que su práctica no solo ocupa el espacio: lo transforma, lo cuestiona y lo vuelve ritual.

‍