La colección Spring Summer 2025 de Louis Vuitton nos lleva a explorar el fascinante concepto del "soft power", pero también el tradicional savoir-faire francés bajo la dirección creativa de Nicolás Ghesquière, quien celebra una década al mando de la maison. Esta propuesta se convierte en un testimonio de la tradición parisina, donde la suavidad y la fuerza coexisten en una danza armoniosa y dual.
Ghesquière juega con la dualidad a través de siluetas que fusionan pasado, presente y futuro. Desde mangas abullonadas hasta cinturas marcadas y peplums giratorios, el aroma renacentista se huele en cada pieza. Los materiales, nobles pero ligeros, aportan una fluidez que contrasta con la estética imponente de los accesorios.
Un elemento destacado de la colección son las obras del artista Laurent Grasso, que adornan chaquetas desestructuradas con pinturas de su serie "Studies into the Past". Esta colaboración fusiona arte y moda, elevando culturalmente la sofisticación de la propuesta.
El desfile, ambientado con una banda sonora creada por Jamie xx, se llevó a cabo en un decorado impactante, con una pasarela compuesta por 1,250 baúles que evocan el legado de la firma. La iluminación de neón y el juego de espejos crearon un ambiente evocador, sumergiendo a los invitados en un viaje sensorial.
En definitiva, Louis Vuitton nos invita a redescubrir la feminidad contemporánea, donde cada pieza desafía las convenciones y nos recuerda que el verdadero poder de la moda radica en su capacidad para sorprender y cautivar.
The Spring Summer 2025 collection from Louis Vuitton invites us to explore the fascinating concept of "soft power," as well as the traditional French savoir-faire under the creative direction of Nicolas Ghesquière, who celebrates a decade at the helm of the maison. This proposal becomes a testament to Parisian tradition, where softness and strength coexist in a harmonious and dual dance. Ghesquière plays with duality through silhouettes that merge past, present, and future. From puffed sleeves to cinched waists and swirling peplums, a Renaissance aroma is sensed in every piece. The materials, noble yet lightweight, provide a fluidity that contrasts with the imposing aesthetic of the accessories.
A standout element of the collection is the artwork of artist Laurent Grasso, which adorns deconstructed jackets with paintings from his series "Studies into the Past." This collaboration merges art and fashion, culturally elevating the sophistication of the proposal. The show, set to a soundtrack created by Jamie xx, took place in a striking setting, with a runway composed of 1,250 trunks that evoke the legacy of the brand. The neon lighting and mirror play created an evocative atmosphere, immersing guests in a sensory journey.
In short, Louis Vuitton invites us to rediscover contemporary femininity, where each piece challenges conventions and reminds us that the true power of fashion lies in its ability to surprise and captivate.