Javier de la Blanca is a Madrid-born creative who has been living in Berlin for several years. His work is a colorful and bold blend of high fashion, performance, and political expression, often infused with queer sensibilities. Through his unique and irreverent perspective, Javier creates a world that challenges norms and celebrates individual freedom. His ability to mix art forms has made him a notable figure in both the fashion and artistic communities, where his presence is as much a statement as his art.

A pivotal moment in his career came when John Galliano, at Maison Margiela discovered him on Instagram and made him a muse for the SS19 collection. For Javier, fashion is more than aesthetics; it's a political tool that questions societal norms.

Deeply connected to Berlin's LGBTQIA+ community, Javier’s work reflects his activism and bold self-expression. When he's not collaborating with brands like Ottolinger or Camper, he transforms the streets into his stage, making everyday life part of his creative process. His unpredictable performances and rebellious spirit make him a unique voice in the worlds of fashion and performance art.

We asked some questions to get to now him better. 

If you had to dress in the same color for the rest of your life, what would it be?

I’d say blue. It’s always been my favorite color.

What was your worst look?

I’ve had several bad ones! But they all have something in common. I’m pretty skinny, and I don’t have an ounce of butt, I’m completely flat. I’m also a fashion victim, and sometimes I only focus on how a look appears from the front. I remember once wearing these wool pants, kind of flare and legging style, and I went to work like that. Toward the end of the day, I happened to look at myself from the side and saw that it looked like I was wearing a diaper. It looked AWFUL, AWFUL! And of course, no one had said anything to me. So I go up to a coworker and ask: "Babes, this looks terrible on me, right?" She turned pale and silent, and a few seconds later said, "Yeah, it doesn’t look great on you." I told him, "Thanks, babe. It’s fine, I’m not going to die." The fun part about putting looks together is that some don’t turn out well. They’re fails, and that’s okay. One of my rules is: if you leave the house in a look, you have to own it until the end because it’s part of a concept. It’s not just about looking pretty but about conceptualizing.

If you were an emoji, which one would you be and why?

Mmmmmm. I like the one with big eyes, like it’s excited (🥹). I’m a pretty excited person, and I like to live things with emotion. It’s the mood I live in constantly.

What’s the strangest thing in your fridge?

It’s nothing too crazy, but I keep spoons in the freezer to reduce eye bags in the morning.

What’s the first thing you do when you wake up?

Besides the typical things, like checking my phone and going to the bathroom, there’s something that doesn’t suit me at all but is very cheesy influencer-ish. I drink a matcha with oat milk, lots of foam, and a raspberry-grapefruit smoothie. LOL, it really doesn’t suit me.

What’s the most useless object you own?

It’s not that useless, but there’s always an empty vape in my bag—either raspberry ice or watermelon ice, which is my favorite. Keeping it there reminds me I need to buy a new one.

Brat or demure?

Obviously, we all know I’m 100% brat. I can’t be demure for more than 15 minutes.

What’s a phrase you say so much that you should trademark it?  

It’s not something I invented, but it’s very indie sleaze, very 2010. My best friend Marcos tattooed “YOLO” on the side of his hand when he was 16. I’ve lived my whole life with that phrase, and even though it’s outdated now, it’s part of my existence. It’s a way of understanding the world, being ironic, sarcastic, funny, and remembering how much I love my friend.

Javier de la Blanca es un creativo madrileño que vive en Berlín desde hace varios años. Su trabajo es una mezcla y audaz entre high fashion, performance y expresión política, impregnada de una sensibilidad queer. A través de su mirada única e irreverente, Javier crea un universo que desafía las normas y celebra la libertad individual. Su capacidad para combinar formas de arte lo ha convertido en una figura destacada tanto en la moda como en la comunidad artística, donde su presencia es tan impactante como su obra.

Un momento clave en su carrera fue cuando John Galliano, en Maison Margiela, lo descubrió en Instagram y lo convirtió en su musa para la colección SS19. Para Javier, la moda es mucho más que estética; es una herramienta política que cuestiona las normas sociales.

Conectado con la comunidad LGBTQIA+ de Berlín, el trabajo de Javier refleja su activismo y su expresión audaz. Cuando no está colaborando con marcas como Ottolinger o Camper, transforma las calles en su escenario, haciendo que la vida cotidiana forme parte de su proceso creativo. Sus performances impredecibles y su espíritu rebelde lo convierten en una voz única en los mundos de la moda y el arte performático.

Le hicimos algunas preguntas para conocerlo mejor.

Si tuvieras que vestirte con el mismo color por el resto de tu vida, ¿Cuál seria?

Yo diría que el azul. Siempre ha sido mi color favorito.

¿Cúal fue tu peor look?

¡Ha habido varios malos! Pero todos tienen algo en común. Soy bastante delgadito y no tengo ni una gota de culo, soy completamente plano. También soy una fashion victim, y a veces me pongo un look fijándome solo en cómo se ve de frente. Recuerdo una vez que llevaba unos pantalones de lana, como de flare y legging, y fui así a trabajar a mi antiguo curro. Casi al final del día, me dio por mirarme de lado y vi que parecía que llevaba un pañal, ¡me sentaba FATAL, FATAL! Y claro, nadie me había dicho nada. Entonces me acerco a una compañera y le digo: "Tía, esto me queda horrible, ¿verdad?". Se quedó pálida y muda, y a los segundos me suelta: "Sí, la verdad es que te queda un poco mal". Y yo: "Gracias, tía. No pasa nada, no me voy a morir". Lo divertido de montarse looks es que algunos no quedan bien. Son fails, y ya está. Una de mis reglas es: si sales de casa con un look, tienes que defenderlo hasta el final porque es parte de un concepto. No se trata solo de estar guapa, sino de conceptualizar.

Si fueras un emoji,  ¿Cuál serías y por qué?

Mmmmmm. Me gusta el que tiene los ojitos grandes, como de emoción (🥹). Soy una tía bastante excited, y me gusta vivir las cosas así. Es un mood en el que vivo constantemente.

¿Qué es lo más extraño que hay en tu heladera?

No es nada del otro mundo, pero guardo cucharillas en el congelador para quitarme las ojeras por la mañana.

¿Qué es lo primero que hacés al despertar? 

Además de lo típico, como mirar el móvil e ir al baño, hay algo que no me pega nada y es muy de influencer petarda: me tomo un matcha con leche de avena, con mucha espuma, y un smoothie de frambuesa con pomelo. LOL, no me pega nada.

¿Cual es el objeto mas inútil que tenés?

No es tan inútil, pero siempre hay en mi bolso un vape acabado, de frambuesa ice o watermelon ice, que es mi favorito. Dejarlo ahí me recuerda que tengo que comprar otro.

¿Brat o demure?

Sabemos obviamente que soy 100% brat. No puedo ser demure más de 15 minutos.

¿Una frase que decís tanto que ya deberías patentarla?

No es algo que haya inventado yo, pero es algo muy indie sleaze, muy 2010. Mi mejor amigo Marcos se tatuó en el lateral de la mano "YOLO" cuando tenía 16 años. He vivido toda mi vida con esa frase y aunque hoy esté caducada, es parte de mi existencia. Es una forma de entender el mundo, de ser irónica, sarcástica, graciosa, y de recordar lo mucho que quiero a mi amigo. 

@delablanca_/