The legendary Place Colette transformed for one night into a vibrant desert, a hypnotic stage for Isabel Marant’s latest vision. Daniel Buren’s iconic geometric totems became an unexpected photocall: guests and influencers posed among them like living sculptures and name, creating a playful and artistic prelude to the show.
Before the runway, hosts distributed baskets with tequila shots, a casual gesture that energized the crowd and turned the wait into an impromptu celebration.Inside, the atmosphere shifted to a warm, immersive landscape: islands of chairs surrounded a floor covered in orange sand, evoking the desert’s dry heat. Against this backdrop, the Spring/Summer 2026 collection unfolded at a fast, expansive pace: multiple looks, constant energy, life in motion.
True to her bohemian spirit, Marant favored fluid silhouettes and earthy tones: minidresses, skirts, and shorts paired with mid-calf boots, pieces that breathed freedom. The palette ranged from cream and camel to metallic bronze and black, while textures embraced suede, sheer fabrics, and shimmering knits.
The menswear offering radiated relaxed sensuality: open-knit sweaters, soft trousers, and sun-washed neutral tones. Fringes, embroidery, and lightweight fabrics added airy, precise movement.
Beauty remained natural, enhancing the authenticity of this desert wanderer. Vibrant, energetic music set the rhythm for a nomadic, bohemian fantasy.
And, as always in Paris, the runway extended to the front row. Paris Hilton, Gala González, and Georgia May Jagger drew attention from their seats, joining an audience that alternated between conversations, tequila toasts, and sheer excitement. Once again, Isabel Marant confirmed that independence, adventure, and freedom are her true creative engines, season after season.
La legendaria Place Colette se transformó por una noche en un desierto vibrante, escenario hipnótico para la nueva propuesta de Isabel Marant. Los icónicos tótems geométricos de Daniel Buren se convirtieron en un inesperado photocall: invitados e influencers posaban entre ellos y su nombre como si fueran esculturas vivientes, marcando un preámbulo artístico y lúdico antes del desfile.
Antes de la pasarela, anfitriones repartían canastas con shots de tequila, un gesto desenfadado que animó el ambiente y convirtió la espera en una celebración espontánea.
Dentro, la atmósfera mutó hacia un paisaje cálido y envolvente: islas de sillas rodeaban un suelo cubierto de arena anaranjada, evocando el calor seco del desierto. En ese escenario comenzó la colección Spring/Summer 2026, desplegada a ritmo veloz y expansivo: looks múltiples, energía constante, vida en movimiento.
Fiel a su espíritu bohemio, Marant apostó por siluetas fluidas y tonos terrosos: minivestidos, faldas y shorts combinados con botas tres cuartos, piezas que respiraban libertad. La paleta osciló entre crema, camel, bronce metálico y negro, mientras que las texturas abrazaban gamuzas, transparencias y tejidos brillantes.
La propuesta masculina emanaba sensualidad relajada: knits calados, pantalones suaves y tonos neutros gastados por el sol. Flecos, bordados y telas ligeras aportaban un movimiento aéreo, inteligente y preciso.
El beauty look se mantuvo natural, reforzando la autenticidad de esta viajera desértica. La música, vibrante y enérgica, selló el ritmo de una fantasía nómada y bohemia.
Y como siempre en París, la pasarela también sucede en el front row. Paris Hilton, Gala González y Georgia May Jagger atrajeron miradas desde sus asientos, sumándose a un público que alternaba conversaciones, brindis de tequila y entusiasmo. Una vez más, Isabel Marant reafirmó que la independencia, la aventura y la libertad son su verdadero motor creativo, temporada tras temporada.
