At Berlin’s Neue Nationalgalerie history and scandal meet once again in an exhibition that unapologetically strips away the most provocative layers of Andy Warhol’s art. You think you know Warhol? Think again. This isn’t just about Campbell’s soup cans; this is about the real Warhol, the one who frequented the shadowy corners of Studio 54, had an enigmatic relationship with Bob Dylan, and turned muses like Edie Sedgwick into icons. Welcome to Velvet Rage and Beauty, where splendor and the grotesque collide, revealing the artist’s raw, unfiltered obsession with male beauty and the elusive search for identity.

Warhol, the enigmatic figure of the 20th century, built an empire out of celebrity culture and consumerism. But beneath the shiny surface, there was always a deeper and more complex Warhol; a man who never truly came out, but was constantly searching for an image of his ideal beauty. For the first time, this Berlin exhibition brings together more than 300 works that trace this obsession: paintings, Polaroids, films, and those infamous torso paintings that flirted with the boundaries of what was considered acceptable, or even legal.

The exhibition’s title is no coincidence. Velvet Rage and Beauty nods to Alan Downs’ seminal book The Velvet Rage, which dissects the struggles of growing up gay in a predominantly heterosexual world; a struggle Warhol knew all too well. His work explored this tension, blurring the lines between desire and despair, between what was celebrated and what was censored.

Andy Warhol Museum - interior, city of Medzilaborce Slovakia Summer 2016. By Joseph Kotulič.

The Neue Nationalgalerie isn’t just showcasing Andy Warhol’s work; it’s challenging us to confront it. In a world where diversity is once again under threat, these pieces feel more urgent than ever. The exhibition pushes us to look beyond the surface of The Factory and Studio 54, and see the vulnerability and fury that fuelled his creativity,  driven by a beauty that was often male, often naked, and always defiant of social norms.

Take, for example, his screen tests, where he stripped down celebrities and unknowns alike, capturing their essence in stark black and white. Or his collaborations with Jean-Michel Basquiat, where the lines between high art and street culture blurred, and Warhol’s obsession with youth and beauty took on a bolder, more daring form. These weren’t just beautiful images; they were statements: provocative, controversial, and still potent today.

As we walk through the exhibition, it’s hard not to reflect on how Warhol’s world, both its highs and its murkiness, still resonates with our own. The collision between the superficial and the profound isn’t just a Warholian trope; it’s a reflection of our ongoing struggle to reconcile our public personas with our private selves, our desires with our fears.

Velvet Rage and Beauty isn’t just a tribute to an icon; it’s a reminder that the questions Warhol posed about identity, beauty, and desire remain unresolved. This exhibition challenges us to see him in all his messy, beautiful, rage-filled glory. And maybe, to see ourselves a little more clearly too.

Exhibition view "Andy Warhol. Velvet Rage and Beauty", Neue Nationalgalerie, 7 June - 6 October 2024 © 2024 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / Licensed by Artists Rights Society (ARS), New York / Photo: David von Becker / Nationalgalerie - Staatliche Museen zu Berlin

En la Neue Nationalgalerie de Berlín, la historia y el escándalo se encuentran una vez más en una exposición que despoja sin tapujos las capas más provocativas del arte de Andy Warhol. ¿Pensás que conocés a Warhol? Pensalo de nuevo. Esto no se trata solo de las latas de sopa Campbell’s; esto es sobre el verdadero Warhol, el que frecuentaba los rincones sombríos del Studio 54, mantenía una relación enigmática con Bob Dylan y convertía en íconos a musas como Edie Sedgwick. Bienvenidos a Velvet Rage and Beauty, donde el esplendor y lo grotesco colisionan, revelando la obsesión cruda y sin filtros del artista con la belleza masculina y la búsqueda esquiva de la identidad.

Warhol, figura enigmática del siglo XX, construyó un imperio a partir de la cultura de las celebrities el consumismo. Pero debajo de la superficie brillante, siempre hubo un Warhol más profundo y complejo; un hombre que nunca realmente salió del clóset, pero que estaba constantemente buscando una imagen de su ideal de belleza. Por primera vez, esta exposición en Berlín reúne más de 300 obras que rastrean esta obsesión: pinturas, Polaroids, films, y esas infames pinturas de torsos que coqueteaban con los límites de lo que se consideraba aceptable, o incluso legal.

El título de la exposición no es casualidad. Velvet Rage and Beauty, hace referencia al libro seminal de Alan Downs, The Velvet Rage, que disecciona las luchas de crecer homosexual en un mundo predominantemente heterosexual, una lucha que Warhol conocía muy bien. Su obra exploró esta tensión, desdibujando las líneas entre el deseo y la desesperación, entre lo celebrado y lo censurado.

Exhibition view "Andy Warhol. Velvet Rage and Beauty", Neue Nationalgalerie, 7 June - 6 October 2024 © 2024 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / Licensed by Artists Rights Society (ARS), New York /Photo: David von Becker / Nationalgalerie - Staatliche Museen zu Berlin
Exhibition view "Andy Warhol. Velvet Rage and Beauty", Neue Nationalgalerie, 7 June - 6 October 2024 © 2024 The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. / Licensed by Artists Rights Society (ARS), New York / Photo: David von Becker / Nationalgalerie - Staatliche Museen zu Berlin

La Neue Nationalgalerie no solo está mostrando el trabajo de Andy Warhol; está desafiándonos a confrontarla. En un mundo donde la diversidad vuelve a estar bajo amenaza, estas piezas se sienten aún urgentes. La muestra hace que miremos más allá de la superficie de The Factory y Studio 54 y veamos la vulnerabilidad y la furia que impulsaban su creatividad. Esa alimentada por una belleza que a menudo era masculina, a menudo desnuda y siempre desafiante a las normas sociales.

Tomemos como ejemplo sus screen tests, donde desnudaba a celebrities y desconocidos por igual, capturando su esencia en blanco y negro. O sus colaboraciones con Jean-Michel Basquiat, donde las líneas entre el arte elevado y la cultura de la calle se difuminaban, y la obsesión de Warhol con la juventud y la belleza adquiría una nueva forma, más audaz. No se trataba solo de imágenes hermosas; eran declaraciones: provocativas, controvertidas, y todavía potentes hoy.

Mientras recorremos la exposición, es difícil no reflexionar sobre cómo el mundo de Warhol, tanto en los altos como lo turbio, todavía resuena con el nuestro. La colisión entre lo superficial y lo profundo no es solo un tropo warholiano; es un reflejo de nuestra lucha continua por reconciliar nuestras personalidades públicas con nuestros yoes privados, nuestros deseos con nuestros miedos.

Created with images by Sharon Mollerus - "Andy Warhol, Self-Portrait, 1986”

Velvet Rage and Beauty no es solo un tributo a un ícono; es un recordatorio de que las preguntas que planteaba sobre la identidad, la belleza y el deseo aún no están resueltas. Esta exposición nos desafía a verlo en toda su gloria desordenada, hermosa y llena de furia. Y tal vez, también, a vernos a nosotros mismos un poco más claramente.

@neuenationalgalerie