Hace poco más de un mes, Shamrock Basement —ícono subterráneo de Recoleta, testigo de tantas historias— fue el escenario de la primera edición de Plastic. La fiesta, comandada por Imán Kaumann Madelaire y Cosima Fricke, trajo al frente un sonido que parecía haber estado demasiado tiempo en la sombra de la ciudad.


Este 4 de julio, Plastic vuelve con fuerza. Repiten en la cabina Juan Fran y Saint Pablo, acompañados por 0k1 y Electrik Markos, en una nueva edición que apuesta otra vez por lo intenso, lo artificial, lo vibrante. El espíritu de Plastic se alimenta del legado Club Kid, donde la noche se convierte en un espacio para la libertad estética, la identidad mutante y la cultura del exceso creativo.
Electrónica oscura, pulsos retrofuturistas y guiños a los '80s conviven con un enfoque claramente contemporáneo: el electroclash como nervio central. La propuesta de esta edición gira en torno a tres back to back que viajan del postpunk sintético de New Order o Daft Punk hasta la electricidad glitch de Crystal Castles. Nada es literal, todo se mezcla. Plastic suena como una máquina emocional en plena pista.




Y como en toda buena rave, el vestuario importa tanto como la música. Plastic es un terreno fértil para lo extravagante: lo exagerado no es un exceso, es una declaración. Cuanto más, siempre mejor.