OTTOLINGER’s Girlfriend collection transcends the idea of clothing to become a manifesto of female resilience.
The brand transforms friendship —from an intangible emotion— into a sensitive armor, a conceptual refuge against contemporary isolation. The designs play with duality, evoking the firmness of an armor through defined edges and structured tailoring, yet softened from within by movement. They resonate with the kind of vulnerability that can only exist in shared intimacy.
The collection’s power lies in its subversion of established codes. Its boldest gesture comes in the reimagining of the wedding dress. OTTOLINGER strips it of its patriarchal weight and reclaims it as a symbol of autonomy and mutual connection, beyond any promise of possession. The collision of materials —paisley over hand-dyed gingham, artisanal silks, and the technical roughness of neoprene— underscores the tension between fragility and strength, the same balance that sustains any real bond.
As the brand approaches its tenth anniversary in January, Girlfriend takes on a more introspective tone. It looks forward while honoring a decade of world-building by Christa Bösch and Cosima Gadient, whose creative partnership has shaped a universe where aesthetic experimentation merges with empathy as a creative core. Each piece feels like a trace of that shared history, a testimony to the alliance that turned OTTOLINGER into its own language within contemporary fashion.
The show reinforced the collection’s collaborative spirit. OTTOLINGER’s signature moto-style silhouettes returned, reinterpreted with a refined balance of denim and leather, a visual line where strength and vulnerability coexist. Ahead of the show, the brand released a collaboration with @angel.dewdrops, featuring stop-motion videos of Blythe dolls walking the runway. A playful prelude that already hinted at the narrative of complicity and friendship running through the collection. The unexpected presence of Vivien Wilson added a further dimension to the casting, reaffirming individuality as an essential part of the collective energy the brand celebrates.
Connection as Energy and Symbol
The statement extends into the social and corporate terrain. OTTOLINGER’s collaboration with Tinder resulted in a symbolic artifact, Re/Pair —a capsule of T-shirts and a two-piece necklace that reveal their meaning only when joined. Connection becomes consecrated, and the brand uses its platform to accelerate real change. The auction of reworked pieces donated by its creative community —including contributions from Kicki Yang Zhang and Lin Lin— directly supported the NGO Lambda, turning the show and its garments into instruments for mobilizing tangible resources toward LGBTQ+ rights and youth empowerment.
The dialogue extends into circularity. Through initiatives such as eBay Endless Runway and the reinterpretation of Mammut’s technical gear, OTTOLINGER continues to integrate reworked and pre-loved materials as structural elements of its aesthetic.
Girlfriend is a proposition of collective strength —fashion born from honesty and trust, reaffirming that true courage arises from shared vulnerability.
La colección Girlfriend de OTTOLINGER trasciende el mero concepto de vestuario para presentarse como un manifiesto sobre la resiliencia femenina.
La firma OTTOLINGER transforma la amistad de una emoción intangible en una armadura sensible, un refugio conceptual frente al aislamiento contemporáneo. Los diseños articulan una dualidad constante, piezas que evocan la firmeza de una armadura con sus bordes definidos y su confección estructurada, suavizadas desde dentro por el movimiento. Resuenan con la vulnerabilidad que solo se permite en la intimidad compartida.
La potencia de la colección reside en la subversión de los códigos preestablecidos. El gesto más contundente de esta relectura es el vestido de novia. OTTOLINGER lo despoja de su carga patriarcal para liberarlo, transformándolo en símbolo de autonomía y conexión mutua, más allá de cualquier promesa de posesión. La colisión de materiales, paisley sobre gingham teñido, sedas artesanales y la rudeza técnica del neopreno, subraya esa tensión entre lo frágil y lo inquebrantable, el mismo equilibrio que sostiene cualquier vínculo real.
Mientras la marca se prepara para celebrar su décimo aniversario en enero, Girlfriend adquiere un carácter aún más introspectivo. Es una colección que mira hacia el futuro, honrando una década de construcción conjunta entre Christa Bösch y Cosima Gadient, cuya colaboración ha dado forma a un universo donde la experimentación estética se unifica con la empatía como eje creativo. Cada prenda parece contener esa historia compartida, esa alianza que hizo de OTTOLINGER un lenguaje propio dentro de la moda contemporánea.
La puesta en escena reforzó el espíritu colaborativo de la colección. Las siluetas moto-style, tan distintivas de OTTOLINGER, reaparecieron reinterpretadas en un equilibrio preciso entre denim y cuero, combinando potencia y vulnerabilidad en una misma línea visual. Previo al desfile, OTTOLINGER lanzó una colaboración con @angel.dewdrops, publicando videos stop-motion de muñecas Blythe desfilando. Una previa que ya anticipaba la narrativa de complicidad y juego que atraviesa toda la colección. La presencia inesperada de Vivien Wilson aportó una dimensión adicional al casting y reafirmó el valor de la individualidad dentro de la colectividad que la marca celebra.
Conexión como Energía y Símbolo
El statement se amplifica en el terreno social y corporativo. La colaboración con Tinder dio lugar a un artefacto simbólico, Re/Pair, una cápsula de camisetas y un collar de dos piezas que revelan su significado solo al unirse. La conexión se consagra y OTTOLINGER utiliza su plataforma para acelerar el cambio. La subasta de prendas reworked donadas por su comunidad creativa, como las de Kicki Yang Zhang y Lin Lin, se canaliza directamente al apoyo de la ONG Lambda, convirtiendo el desfile y sus piezas en un medio para movilizar capital real hacia los derechos LGBTQ+ y el empoderamiento juvenil.
El diálogo se extiende hacia la circularidad. A través de iniciativas como eBay Endless Runway y la reinterpretación del technical gear de Mammut, la marca consolida la transformación de lo pre-loved y el diseño circular como parte estructural de su estética.
Girlfriend es una propuesta de fuerza colectiva. Moda que nace de la honestidad y la confianza, reafirmando que la verdadera valentía surge de la vulnerabilidad compartida.
